Lo que Indonesia me dejó
Sabía que es un país archipiélago, que Sukarno es considerado el padre de la patria y que Yakarta es la capital. También que es dónde reside la mayor cantidad de musulmanes en el mundo. Después de estar 52 días recorriendo Indonesia en avión, ferry, bote de bambú, moto, auto y a pie les comparto las cinco cosas que me quedaron grabadas.
El “Indo Time”- El reloj universal y el de Indonesia.
La noción del tiempo es otra. El ritmo es lento y perturba al recién llegado.
“15 minutos y viene el taxi”. Media hora más tarde y nada. Ellos sonríen asegurando que ya, pero ya, llega. El tiempo pasa, el taxi no aparece, hasta que aparece. Respirar profundo y dejarse llevar, exigir puntualidad es en vano. Ansiar que la comida llegue relativamente rápido, es no entender que en la mayoría de los restaurantes locales, se cocina un pedido a la vez.
Religión, ofrendas y devoción
Indonesia fue el primer país musulmán que visité. Ver a las mujeres usar hiyab no me sorprendió tanto como la disciplina que tienen para hacer los rezos diarios, particularmente, el de las 5 am. En cada pueblo hay una mezquita que difunde la oración a través de un altoparlante, mientras cada practicante reza desde su casa.
En Bali, a diferencia de las otras islas de Indonesia, la población es hindú. Ahí me llamó la atención la importancia que le dan a las ofrendas y la dedicación que le ponen. Las ofrendas son presentadas a los dioses y ancestros a fin de que las disfruten. Prácticamente en todas las casas, negocios, restaurantes, autos, motos colocan diariamente, una canastita con un poco de arroz, incienso, flores, caramelos, frutas y a veces cigarrillos. Una vez puesta la ofrenda, no se puede volver a utilizar, por ende, es normal ver a las mujeres preparando, permanentemente, ofrendas nuevas.
¿Nasi Goreng o Mie Goreng?
Son los dos platos más tradicionales del país. Nasi es arroz y Mie es fideo. Básicamente es arroz o fideo frito con vegetales. También se le puede agregar mariscos o pollo y en la mayoría de los casos vienen con un huevo frito arriba. Si uno no es amante del picante, es muy probable que pase sus días a base de esta comida; buena, rica, local y barata.
Somos amigos, pero no
Así como la transparencia del mar y la vegetación frondosa de las islas impacta, la pobreza de su población conmueve. Casas precarias, inexistencia de agua potable y recolección de basura (es común ver fuegos en las calles para quemar los desechos) son algunos ejemplos. Esta situación hace que la relación del turista y el local sea muy particular. No hay un precio objetivo para las compras, todo es, alevosamente, según te vean la cara. El regateo es una constante. Los vendedores son intensos. Con una mano atrás y otra adelante se inicia la relación, porque sinceramente, es muy difícil saber si te hablan por interés económico o genuino.
Navegar como local
Tomarme el ferry público nocturno para cruzar de Bali a Lombok y de Sumatra a las Mentawais así como viajar en bote de bambú fueron de las experiencias más interesantes en Indonesia. El ferry público, literalmente es un barco de carga con asientos para algunos viajeros. Cajas de banana, de galletitas, de arroz, fideo. Es sucio, bien sucio hay colillas de cigarrillo por todos lados, cáscaras de maní, cucarachas y demás. Olor a pescado frito y curry. Hay colchonetas donde la gente se tira a dormir, una pantalla con películas de musicales indonesios y el altoparlante que promueve el rezo.
El bote de bambú con vela y motor es otra forma en que los isleños cruzan de una isla a otra, es inusual ver turistas. Suelen entrar ocho personas más la mercadería que llevan en la proa, tapada con una lona para evitar que se moje. El temor que uno siente apenas ve el bote, por las evidentes carencias de seguridad náutica, se disipa con la adrenalina misma de navegar como local y sentirse libre en la inmensidad del mar.
#Indonesia #bali #budismo #hinduismo #ofrendasreligiosas #nasigoreng