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Myanmar teñida de rojo, entre dientes y escupitajos

Myanmar tiene paisajes extraordinarios. Bagan con sus globos aerostáticos regala un amanecer épico. El Lago Inle y sus comunidades locales son apasionantes, pero debo admitir que lo que más me llamó la atención de este país son los dientes rojos de su población y las manchas del mismo color ensuciando las calles.

Me resulta difícil concentrarme en sus palabras, viajo en mi mente, me hago preguntas mientras los observo fijo, tratando de entender por qué eligen tener la boca así, con las encías pintadas de rojo, al punto que parecen sangre, los dientes teñidos y consumidos. Me resulta desagradable, me cuestiono si les faltará amor propio. Pienso cuanto más lindas serían sus sonrisas sin esas manchas.

El responsable de la tintura es el famoso fruto seco asiático: nuez de areca, también conocida como nuez de betel. En Myanmar, mezclan la nuez de areca con tabaco, cal y especias como la canela o el cardamomo y la envuelven en una hoja de betel. Los hombres en su mayoría, mascan y mascan este popular, pero nocivo “chicle” local. Se lo ponen al costado de la boca, lo muerden y al rato escupen rojo, ya que la mezcla causa que generen más saliva. Escupitajos por todos lados, es asqueroso verlo. Más de la mitad de los hombres birmanos la consume. Principalmente, aquellos con trabajos que requieren permanecer despiertos durante jornadas largas como construcción, transporte y pesca. A corto plazo, la nuez de betel es un estimulante, estiman que sus efectos equivalen a seis tazas de café y también dicen que alivia los dolores.

Ojalá únicamente el problema con esta nuez sea una cuestión estética, pero lamentablemente, cada vez son más los consumidores que están muriendo por cáncer oral. La nuez de betel y los otros componentes salvo la canela y el cardamomo tienen efectos cancerígenos. En Taiwan, el gobierno está tomando medidas para reducir este hábito, ya que las tasas por muerte de cáncer oral son cada vez más altas, pero lamentablemente en Myanmar poco se está haciendo para concientizar a la población. Un pésimo sistema de sanidad, la excesiva oferta, su precio bajo (aproximadamente 15 centavos de dólar) y la falta de educación hacen posible esta maldita costumbre.

Las fotos de este articulo no son de nuestras autoría.

Nosotros

Somos Tamar y Lucas, una pareja argentina que vivió los últimos 3 años en Sídney, Australia. Durante ese tiempo, además de trabajar, recorrer y disfrutar de un gran país, empezamos a idear un proyecto: dar la vuelta al mundo.
Hoy finalmente, lo estamos concretando.

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